François-Auguste-René Rodin, fue un escultor francés contemporáneo de la corriente impresionista. Enmarcado en el academicismo más absoluto de la escuela escultórica neoclásica, no sólo fue el escultor encargado de poner fin a más de dos siglos de búsqueda de la mimesis en las artes tridimensionales, sino que además dio un nuevo rumbo a la concepción del monumento y la escultura pública. Debido a esto, Rodin ha sido denominado en la historia del arte como «el primer moderno».
El Beso representaba en su origen a Paolo y Francesca, personajes procedentes de La Divina Comedia, poema de Dante Alighieri (1265-1321). Matados por el marido de Francesca que les sorprendió besándose, ambos enamorados fueron condenados a errar en los Infiernos.
Este grupo, diseñado de forma temprana por Rodin, en el proceso creativo de La Porte de L’Enfer [La Puerta del Infierno], se encuentra bien situado en la parte inferior de la hoja izquierda, frente a Ugolino, hasta 1886, fecha en la que el escultor tomó conciencia de que esta representación de la felicidad y de la sensualidad estaba en contradicción con el tema de su gran proyecto.
Fue entonces que hizo de éste una obra autónoma y que la mostró a partir de 1887. El modelado flexible y liso, la composición muy dinámica y el tema encantador, hicieron que este grupo tuviera un éxito inmediato. Como ningún detalle anecdótico hacía recordar la identidad de ambos amantes, el público lo bautizó Le Baiser [El Beso], título abstracto que traduce bien su carácter universal.
El Estado francés encargó una versión ampliada en mármol que Rodin puso cerca de diez años en entregar. Fue solo en 1898 que aceptó mostrar lo que llamaba su «gran bibelot» para contrarrestar al atrevido Balzac, como para que aceptase mejor a éste último.